Santiago Cubides
El valle de Frupper, el conejo empirista.
El proyecto “El valle de Frupper” propone, desde el ámbito estético y pictórico, acerca de las realidades no convencionales (no ordinarias) frente a la idea mecánica y automática de estructura de realidad consensuada (realidad ordinaria). Es un valle donde cualquier cosa puede pasar, hace referencia a lugares que oscilan entre lo físico y lo metafísico, entre lo que sucede afuera y lo que sucede adentro sin importar si lo que sucede realmente ocurre en uno u otro; lo importante se encuentra en el imaginario que se construye en el intersticio entre ambos. El conejo acepta su condición de conejo y se prepara para un viaje sensorial delirante. Suelta las riendas de aquello establecido y sufre el vertigo del vacío cuando se suspende (gravedad cero). Proyecta sus fantasías sobre las nubes. Sabe que estar en las nubes es el juego y es ahí donde juega y establece las reglas (no hay reglas). El valle son estados y el conejo brinca feliz por sus vertientes.